martes, 20 de enero de 2009

Barack Obama


“Creo en una España basada en las enseñanzas que la historia nos ha dado, creo en aquellos que murieron en Bailén o en Teruel defendiendo España, creo en una nación fundada en los valores de la heroicidad, la esencialidad y el trabajo en grupo. Espero que Dios me ayude a saber gobernar esta nación”.
Este discurso, de ser pronunciado en nuestro país nos podría parecer o bien escrito en otro siglo, o bien de un individuo situado a la extrema derecha, cuando no franquista, pero no, es una simulación de lo que podría haber dicho hoy Barack Obama, de ser nombrado presidente de España.
No voy a mostrarme ni a favor ni en contra de este tipo de discursos, para ello cada cual ya tiene sus convicciones, lo que sí que quiero, es llamar aquí la atención sobre lo muchas veces pensamos que es una cosa, cuando realmente no lo es, ya sea por desconocimiento o por un interés o deseo creado a priori.
Hoy ha jurado Barack Obama, la presidencia de los Estados Unidos de América, cuál emperador celebraba su ascensión al poder en Roma. No ha faltado ningún detalle, que no permita comparar a uno y a otro. No ha faltado gente en la calle, que a falta de ambiciones de cualquier tipo, siempre está dispuesta a creerse e interiorizar las ilusiones que otros les crean, paso en la antigua Roma con emperadores como Marco Aurelio, y hoy se ha puesto de manifiesto con Obama. No ha faltado tampoco en el acto, el “elegido” rodeado de todas las personalidades que se alimentan y alimentan al sistema, tampoco falto en Roma, cuando la Curia y el Senado agasajaban al nuevo emperador, aunque no se sabe si por miedo o por interés. No ha faltado, ni faltaron los baños de multitudes, las imágenes perfectas, la alegría del pueblo y para el pueblo. El discurso a veces triunfalista a veces victimista.
Esto nos hace ver, que aquella sociedad de hace 2000 años y la actual tampoco difieren tanto, se entregaban igual a la ilusión, respondían de manera idéntica ante la novedad, se dejaba llevar. Algunos dirán que la diferencia estriba en el voto, yo digo, que hoy en día, el voto es simplemente un trámite a pasar que otorga cuatro años de “dictadura”, donde el gobernante actúa a su parecer, para satisfacer una serie de intereses que pueden ser de la comunidad, en el mejor de los casos, o personales en el peor de los casos.
Lo que quiero destacar con todo esto, que podría dar una idea equivocada de lo que yo pienso que ha sido el magnífico espectáculo de hoy, y del grandioso discurso que hoy ha pronunciado Obama, es que si bien la ilusión todo lo puede, y es capaz de movilizar a grandes masas en busca de una “luz” en un cielo repleto de nubarrones, es que la desilusión también puede provocar el mismo efecto, cambiando el significado de todo. Como ejemplo, una muestra, tras la llegada de A. Lincoln, con grandes síntomas de apoyo por parte de la población, solo 5 semanas después se produjo la guerra de Secesión. No se trata de pensar en malos acontecimientos, sino de prevenir.


"La diferencia entre una democracia y una dictadura consiste en que en la democracia puedes votar antes de obedecer las órdenes" (C. Bukowski).

Saludos.

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